La vitamina D3 (colecalciferol), también conocida como la vitamina del sol, se sintetiza en la piel cuando se expone a la luz solar. Otras fuentes de esta vitamina son los pescados grasos, como las sardinas, el salmón y el atún. Los productos de pescado, como el aceite de hígado de bacalao, también aportan este nutriente vital al organismo. La vitamina D3 desempeña un papel importante en el organismo y afecta a muchas funciones críticas.
Es bueno saberlo
También podría tener un papel en la prevención de varias enfermedades. Estas son algunas de las ventajas de la vitamina D3. El correcto funcionamiento del sistema nervioso, el desarrollo de los huesos y el mantenimiento de niveles óptimos de densidad ósea requieren que los niveles de calcio en la sangre se mantengan dentro de una pequeña variedad. La vitamina D3 desempeña un papel importante en la forma en que nuestro cuerpo utiliza el calcio. La D3 tiene una influencia sustancial en el sistema inmunitario. Puede mejorar la inmunidad y aumentar nuestra inmunidad a las enfermedades. También podría prevenir la autoinmunidad, una condición en la que nuestro sistema inmunológico se vuelve contra nuestro propio cuerpo y lo daña.
Vitamina D
Es cierto que los niveles de vitamina D influyen considerablemente en la presión arterial. Aunque unos niveles óptimos de D3 reducen el riesgo de hipertensión, es necesario realizar más estudios para establecer si es beneficiosa para normalizar la presión arterial en pacientes con hipertensión. En su forma activa, la vitamina D interviene en la secreción de insulina cuando el organismo necesita una mayor cantidad de ésta. Los estudios indican que unos niveles de vitamina D inferiores a los óptimos pueden perjudicar la secreción de insulina. También podría tener una función en la diabetes de tipo 2.
Hay que seguir investigando para establecer los efectos reales de los niveles de vitamina D sobre la insulina y su papel en la diabetes o para evitarla. Las investigaciones sugieren que la falta de D3 tiene un papel en ciertas condiciones de salud y que el restablecimiento de los niveles adecuados de vitamina D puede reducir la fuerza de la condición en algunos casos. Una carencia extrema de vitamina D provoca enfermedades como la osteomalacia y el raquitismo.
Osteoporosis
Es otra afección en la que puede influir la falta de vitamina D. Por lo general, la osteoporosis se debe a una deficiencia de calcio. Esto puede deberse a la insuficiencia de calcio en la dieta. Sin embargo, la vitamina D es fundamental para la absorción del calcio en el cuerpo y una deficiencia puede conducir a una mala absorción del calcio. Unos niveles suficientes de D3 en nuestro cuerpo ayudarán al desarrollo de unos huesos fuertes, lo que a su vez detendrá la progresión de la osteoporosis a medida que envejecemos. Las mujeres, las personas que no pueden caminar y los pacientes que experimentan un tratamiento con esteroides son propensos a la osteoporosis a medida que envejecen.
Conclusión:
Las enfermedades autoinmunes se producen cuando nuestro sistema inmunitario, que lucha contra las enfermedades, se vuelve contra nuestras propias células corporales. Ejemplos de estas enfermedades son la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la diabetes mellitus. Aunque no se ha demostrado de forma concluyente, los estudios indican que una ingesta suficiente de vitamina D puede disminuir las probabilidades de padecer enfermedades autoinmunes. Unos niveles adecuados de vitamina D3 son extremadamente vitales para nuestra salud. La deficiencia de vitamina D se considera una de las principales causas de muchos trastornos y enfermedades diferentes. Las personas que no se exponen adecuadamente a la luz solar y no consumen alimentos ricos en vitamina D son propensas a tener una carencia de este nutriente vital. Algunas de las consecuencias de la carencia de vitamina D no aparecen hasta más tarde en la vida, momento en el que suele ser demasiado tarde.